Este extenso sitio arqueológico da una primera impresión de ser una acumulación desordenada de muros de barro, pero si se observa con atención se notará que tiene un orden establecido por largas calles, pirámides, grandes espacios amurallados (canchas) y áreas con construcciones de un piso.


Se le ha dividido en varios sectores que llevan los nombres de investigadores que han hacho estudios o dejado descripciones de este lugar: Villar Córdova, Tello, Sestieri, Muelle, Kroeber y D´Harcourt.
Se ubica en la región llamada Costa Central del Perú a 24 kilómetros del mar y a 340 metros de altura en el distrito de Lurigancho - Chosica, en la ciudad de Lima (valle del Rímac) a orillas de la quebrada de Huaycoloro o Jicamarca, cause de un río hoy seco pero que esporádicamente y en momentos de grandes lluvias en la sierra trae abundante agua causando aluviones ("jica" en quechua es aluvión y "huayco", quebrada, también en quechua). Sus más de 1´670,000 metros cuadrados la convierten en una de las ciudades más grandes del Perú antiguo. Se comenzó a construir hacia fines del Intermedio Temprano y fue desocupada a fines del Intermedio Tardío (Narváez 2006a y Segura 2001) con un paréntesis de abandono que abarcó la mayor parte del Horizonte Medio. La mayor parte de los muros y pirámides que se observan en la actualidad pertenecen al último momento de ocupación (Intermedio Tardío).
A lo largo de los siglos de vida de Cajamarquilla sus construcciones sirvieron como centro administrativo, primero de la Cultura Lima y luego de la cultura Ychsma, además de centro religioso, palacio, residencia del curaca (gobernante) local y su elite, centro de producción artesanal y como lugar de vivienda para miles de personas (Narváez 2006a, Segura 2001 y Mogrovejo 1999).
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